Desde su creación, la televisión ha sido uno de los factores más influyentes de la sociedad, por lo que en la educación ha tenido un impacto interesante de estudiar.

En sí, la televisión tiene un gran potencial educativo ya sea por sus documentales, series educativas o canales de ciencia-historia... Por lo que puede servir como un gran complemento a los aprendizajes de la escuela. Es una forma de despertar interés al alumno sobre temas que a lo mejor no se había planteado estudiar previamente, un ejemplo sería la vida marina.

Pero como todo, hay partes buenas y malas, dependiendo del uso que se de a la televisión puede ser beneficioso o perjudicial. Es decir, si es utilizada moderadamente y para fines educativos (quitando algunos ratos de ocio), se podría considerar un gran apoyo en la educación. Por el contrario, si el niño se hace dependiente al televisor y resulta ser un dsitractor, este aparato tecnológico se convertirá en un gran problema para la educación del niño.

Hay que tener en cuenta que algunas películas o series pueden estar plagadas de estereotipos que los padres o educadores deberán deconstruir para que tengan un pensamiento crítico y sepan distinguir entre realidad o bulos. Por lo que el consumo de televisión en la niñez siempre tendrá que ser supervisado por adultos para que tengan un crecimiento adecuado.